Deleuze y Beckett: la imagen como agotamiento de la palabra
Em: Ideas. Revista De filosofía Moderna Y contemporánea
Nº: 19
Páginas: 106–130
DOI: https://doi.org/10.69498/ri.2024.19.514
Resumo:
Desde Diferencia y repetición, Deleuze quiere liberar al espíritu de su relación con la representación. Sin embargo, este programa contenía una formulación paradójica. Deleuze propone una nueva imagen del pensamiento, la cual no es otra que la de un pensamiento sin imagen. Todo el combate en contra de “la filosofía de la representación” nos obligaba a pensar el pensamiento sin representar nada, a buscar una imagen del pensamiento que, en tanto pensamiento sin imagen, no fuera ella misma una imagen. Esta ceguera atraviesa todo el trabajo de Deleuze en los años 70, donde no encontramos ninguna teoría de la imagen, ni ninguna tentativa de construir cualquier imagen de un pensamiento sin imagen. Podríamos decir que aquello que fascinó a Deleuze en la experiencia del cine, a comienzos de los años 80, fue precisamente la posibilidad de producir imágenes del pensamiento, e imágenes de un pensamiento sin imagen. Recién en El agotado la actividad del espíritu es presentada como la creación de imágenes. Mientras que en los libros sobre cine el espíritu está sobre la pantalla, es decir, que él es el movimiento y el tiempo de las imágenes, en el análisis de las piezas para televisión de Beckett, sin embargo, el espíritu es más bien algo que se cumple en la cabeza de personajes agotados.